[Historia OPG] !La historia que no debe contarse! !El día que ardió el conocimiento!

Hay historias que deberían quedarse en el olvido, y otras tantas que no deben ser olvidadas. Pero también las hay aquellas historias que deben ser recordadas… y que nadie desea contar. Esta es una de ellas….


Unos pasos sonaban mientras aquel individuo se paseaba por el exquisito piso de madera, fresno pino… ¿Cómo no se había detenido a pensar en que delicada obra arquitectónica y artística había estado pisando?, había maravillas más grandes en ese recinto, pero cuando uno creía tener todo el tiempo encima entonces era cuando no apreciaba en su totalidad todo lo que se ofrecía.

-Hon-san… -soltó una voz, una mujer que le miraba, con una sonrisa que al mirarla podía mostrar la alegría de ver a aquel hombre, pero al mismo tiempo el pesar que llegaba a ella por volverlo a ver, lo que representaba, su regreso - ¿Cuánto tiempo? – pregunto cerrando los ojos…

-Ah… perdí la razón por un momento... lo lamento – se disculpo aquel hombre mientras caminaba a una estantería llena de libros, hermosos tomos forrados de la mejor manera para conservarlos – actué de un modo impulsivo… debí solo terminar por ahogarme – siguió mientras movía aquella estantería y tomaba un arma de la pared que había detrás de la misma – dile a todos que deben salir… pronto…

-Sabes que no lo harán… este lugar, este lugar es el tesoro del mundo…

Una sonrisa fue lo único que recibió de aquel hombre antes de darle la espalda y caminar en dirección a la salida. Y mientras tanto, un par de figuras se aproximaban hacia el sitio donde la pasada conversación se había dado.

-Es sorpréndete por donde lo veas – anuncio una de las voces

-Ah… es un lugar impresionante…. El árbol del conocimiento – respondió su acompañante con un semblante más serio.


-Váyanse de aquí –se escucho de aquel que había tomado el arma con anterioridad, apuntaba a una de aquellas figuras – iré con ustedes pero dejen a la gente de aquí tranquila.

-Me temo que no es posible – contesto la figura mas alta… profesor…


-Después de capturarte a ti y a tu tropa analizamos sus investigaciones... el gobierno cree que son peligrosas para que continúen… el mundo no puede permitirse que renazcan las armas ancestrales.

-¡Blasfemia!, el gobierno no teme a las armas ancestrales, si no a la historia que esconde nuestra investigación. La historia tallada en los Phoneglyp… ¡es siglo blanco!

-Me temo que sus razones no me competen... bástele saber que mis acciones son orden del gobierno… toda su información será eliminada…

-¡No pueden hacer eso! ¡Este árbol es el conocimiento del mundo! – grito mientras cargaba aquella arma – no los deja….

Las palabras de aquel hombre fueron interrumpidas por una bocanada de sangre, la figura más pequeña se había acercado tan rápido que no había podido reaccionar. Su dedo índice estaba incrustado sobre su pecho, el cual saco dejando que el carmesí liquido interno empezara a manchar las ropas de aquel hombre.

-Lo siento, lo siento – se disculpo- pero no soy buena para esperar… - dijo sonriendo y sacando la lengua - ¿podemos irnos... ne? – pregunto caminando de nuevo hacia el más alto.


-Ah… solo teníamos que asegurarnos que la rata hubiera vuelto a la madriguera – dijo poniéndose frente a aquel hombre que ahora en el suelo le miraba con profunda impotencia y resentimiento – no se preocupe profesor… no verá al mundo odiar a los científicos de ohara por haber estado tratando de destruir el mundo – indico sacando un arma y apuntándole – a veces… hay que acallar hasta las bocas que no saben la historia completa – dijo mirando el miedo en los ojos ajenos antes de jalar el gatillo.


-Mooo… vamos – insistió la fémina tirando de la capa de este, quien solo cedió a aquel tirón para regresar hasta el muelle donde un barco los esperaba. Ahí de pie, un hombre les miraba fijamente.

-Jamás me dijeron que usarían mi investigación para esto – replico con fuerte tono, a lo que aquel enmascarado solo se detuvo frente a el

– Dijiste que querías servir a la humanidad… ser un científico del gobierno… asi que simplemente déjalo estar…


-Mi trabajo es para ayudar a a gente… salvar vidas

-Esto lo hará créeme… lo hará, después de esto podrás olvidarlo y dedicar tus investigaciones a otra cosa…. Verstand

-Supongo.. que tendrá que ser asi…


Pronto ese barco empezó a llenarse de agentes que volvían de toda la isla, todos antes de subir reportaban que habían terminado con el trabajo y que debían estar a una distancia considerable para poder llevar a cabo el trabajo.

-Geist-dono… ¿está seguro que esto funcionara? – le pregunto al científico colocando la última muestra de aquellos artefactos


-No ha sido probada – soltó cortante el científico – pero es mejor estar a una buena distancia – indico dando la espalda y adentrándose en el camarote del barco, aprecia que no quería ser un espectador.

Minutos más tarde aquel barco ya estaría en pleno alta mar, Ohara apenas y era visible, y algunos revisaban el reloj, el temporizador de aquello debía estar a punto de agotarse. Todos los de abordo tragaran saliva mientras la cuenta regresiva llegaba a 0.

Aquel día no solo seria recordado como la integración de Verstand Geist al gobierno como un prodigio de la ciencia. O el inicio del rumor de que el gobierno había desarrollado una nueva arma de destrucción masiva. No, eso en realidad no sonaría mucho en el mundo. Lo que si sonaría en el mundo y se diría en los diarios, es que a las 4:37 pm…. Después del regreso de uno de los eruditos de la isla, con un status de criminal, la isla de Ohara había volado en pedazos.

Aquel día seria llamado “el día que el fuego consumió el conocimiento”,  el reporte oficial señalaría el surgimiento de un volcán submarino que había creado un cataclismo en la isla… también reportaba que no había habido sobrevivientes… El día que el nombre de Ohara se había manchado… el día en que había perecido.